En
fecha 22 de febrero, creo, que respondimos a las consultas relativas a las
posturas durante la consagración y después de la comunión.
En cuanto al Padrenuestro, no hay ninguna norma
establecida para los fieles. Para el sacerdote que preside la celebración
eucarística la rúbrica dice sencillamente: "El sacerdote extiende
las manos y dice junto con los fieles".
El "tomarse las manos", en alguna circunstancia,
puede ser un bonito gesto que expresa o quiere expresar la
"fraternidad", la unión entre los miembros de la asamblea litúrgica,
la reconciliación, el deseo de paz... Pero es importante que no se considere
"norma" a seguir siempre lo que no está establecido como tal. Es
cuestión de sana interpretación de la creatividad litúrgica.
La comunión en la mano ya la conocen los Padres de la
Iglesia. San Juan Crisóstomo tiene un precioso comentario al gesto de poner la
derecha debajo de la izquierda como haciendo "trono" al Señor que
recibimos... Todos estos elementos tienen que ser explicados a los fieles para
que no haya sorpresas y se comprenda por qué la Iglesia se va adaptando en su
reforma litúrgica a los tiempos. Queda claro que es el fiel, iluminado por una
oportuna catequesis, el que se presenta a comulgar recibiendo el Pan consagrado
en la boca o en las manos. Repito: importancia de la oportuna y necesaria
catequesis.
Se inclina la cabeza en la profesión de fe a las
palabras: "Y por obra del Espíritu S... y se hizo hombre".
Creo que no
se puede hablar ya de que "aunque sea tan tarde, podemos llegar a la
misa". La Constitución sobre la sagrada liturgia dice claramente que
"liturgia de la Palabra y liturgia eucarística constituyen un solo acto
de culto" (SC 56). Si no se puede llegar antes, por algún
impedimento, se está dispensados. Pero de lo contrario, la Misa es toda ella
importante y no se puede seguir con la interpretación anterior al concilio
Vaticano II de que cuál es la parte en la que es indispensable estar presentes
para "cumplir" el precepto. También en esto, y más todavía: es
necesaria e importante la catequesis y formación litúrgica para todo el Pueblo
de Dios.