Desearía recibir información al respecto de la
concelebración eucarística, ya que algunas veces he visto a algún que otro sacerdote un poco "distraido" cuando la celebración es con otros. Gracias
Lucia
Ante todo, recordamos el principio
teológico-litúrgico que manifiesta la Concelebración de la Eucaristía:
"La concelebración es una apropiada manifestación de la unidad del
sacerdocio, del sacrifico y de todo el pueblo de Dios" (de la Ordenación General
del Misal Romano, n. 153).
Algunas rúbricas, que obedecen a este principio:
- Los
concelebrantes se revisten de los mismos ornamentos que suelen llevar cuando
celebran la Misa individualmente. Si hay un justo motivo, a excepción del celebrante principal, pueden suprimir
la casulla, llevando la estola sobre el alba.
- Llegados al altar, los concelebrantes y el celebrante principal, hecha la
debida reverencia, veneran el altar besándolo y se dirigen a la sede.
- La
homilía la hará regularmente el celebrante principal o uno de los
concelebrantes.
- Los
ritos de la presentación de las ofrendas los hace solamente el celebrante
principal; los demás concelebrantes permanecen en sus puestos.
- Terminados estos ritos, los concelebrantes se acercan al altar y se disponen
alrededor de él.
- El prefacio lo proclama sólo el celebrante
principal.
Sigo con las rúbricas de la Plegaria eucarística III (por libre elección; lo que
se dice, vale en general también para las otras Plegarias eucarísticas)
- Los
gestos que acompañan la Plegaria eucarística lo hace sólo el celebrante
principal, si no se advierte lo contrario. Y los textos que competen a todos
los concelebrantes los pronuncian a una,
pero en voz baja para que se pueda oír distintamente la voz del celebrante
principal.
- En
el momento de la primera epíclesis (Por
eso, Padre, te suplicamos...), todos los concelebrantes, con las manos
extendidas, dicen a una, pero en voz baja la epíclesis: "Por eso, Padre, te
suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado
para ti", siguen con las manos extendidas todos, mientras el
celebrante principal junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y
el cáliz conjuntamente.
- La fórmula de la consagración: "Porque él mismo..., entregado por
vosotros", la pronuncia de manera clara y bien perceptible el
celebrante principal. Los demás concelebrantes lo hacen pronunciando las
palabras en voz baja, extendiendo la mano derecha hacia el pan y el vino, sin
hacer ninguno del os gestos que hace el celebrante principal.
- Después del a consagración y elevación del pan eucarístico, el celebrante
principal adora haciendo genuflexión, mientras los demás se inclinan
profundamente.
- Prosigue el celebrante principal y los demás lo acompañan en voz baja con las
palabras del Señor sobre el cáliz. Las rúbricas son idénticas a las de la
consagración del pan.
- Después de la aclamación del pueblo a una de las fórmulas dichas por el
celebrante principal, de nuevo el
celebrante principal prosigue en voz alta y los demás en voz baja con las manos
extendidas, la oración de anámnesis y ofertorio ("Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial... y Dirige tu mirada...").
- Las
oraciones siguientes se pueden confiar a uno y a otro de los concelebrantes que
las dicen en voz alta y con las manos extendidas.
- La
doxología final "Por Cristo, con él
y en él..." la pueden decir, junto con el celebrante principal, en voz
alta todos los concelebrantes, mientras celebrante principal y diácono o uno de
los concelebrantes elevan la patena con el pan consagrado y el cáliz.
- El
Padrenuestro lo dicen todos juntos con el pueblo
- El
embolismo "Líbranos, Señor" lo dice sólo el celebrante principal
- Después en el momento oportuno, uno de los concelebrantes invita a darse la
paz. Los concelebrantes que están más cerca del celebrante principal, reciben
de éste la paz, antes que el diácono.
- Mientras se dice o canta el cordero de Dios, algunos concelebrantes pueden
ayudar a partir el pan para la comunión de los mismos concelebrantes y para la
del pueblo. ( NB. ¡Sería deseable que se hiciese la fracción del pan -
hostias grandes - también para el pueblo, por lo menos para los primeros que
comulguen! El signo de la fracción y su significado teológico-litúrgico se
expresaría de forma más transparente). La rúbrica lo deja entender
claramente.
- Después del a fracción, sólo el celebrante principal dice en voz baja la
oración "Señor Jesucristo..."
-
Terminada esta oración, el celebrante principal se retira un poco. Los demás
concelebrantes, uno tras otro, se van acercando al altar, hacen genuflexión y
cogen del altar el Cuerpo de Cristo; teniéndolo luego en la mano derecha y
poniendo la izquierda debajo, se retiran a sus puestos. O pueden permanecer en
sus sitios y recibiendo el Cuerpo de Cristo del celebrante principal o de uno
de los concelebrantes.
- El
celebrante principal muestra el pan consagrado y vuelto al pueblo, dice:
"Éste es el Cordero de Dios...", prosiguiendo luego con los concelebrantes
y con el pueblo: "Señor, no soy digno...". Después de recibir el
Cuerpo y la Sangre del Señor, el celebrante principal distribuye la comunión a
los fieles.
- Los
concelebrantes pueden tomar al Sangre del Señor del altar, o bebiendo del cáliz
que les irá pasando el diácono o uno del os concelebrantes.
- Al
final de la Misa, todos hacen la debida reverencia al altar. El celebrante
principal lo venera también besándolo, como de costumbre.